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DESARROLLO INFANTIL

“Cuando se trata del cerebro, es mejor hacerlo bien la primera vez, que intentar arreglarlo después”

Jack P. Shonkoff, Director del Centro de Desarrollo Infantil de la Universidad de Harvard, hace una breve y concisa explicación acerca de la importancia de las primeras experiencias durante la primera infancia y cómo estas influyen en el desarrollo físico, cognitivo y emocional de los niños.

Escrito por: Camila Londoño

Enero 5, 2018

“Cuando se trata de sistema del circuitos del cerebro, es mejor hacerlo bien la primera vez, que intentar arreglarlo después”, esto afirma Jack P. Shonkoff, Director del Centro de Desarrollo Infantil de la Universidad de Harvard en el video En Breve: La Ciencia del Desarrollo Infantil Temprano. La investigación, la neurociencia y la biología molecular, dice Shonkoff, han demostrado cómo la experiencia temprana desde el nacimiento e incluso desde antes, configura las capacidades de aprendizaje, el comportamiento, la salud física y mental.

Esto sucede porque el cerebro se construye de forma ascendente.

Primero se forman circuitos básicos responsables de los conocimientos básico y luego se construyen circuitos más complejos según el desarrollo de destrezas. Esa construcción de circuitos está determinada también –biológicamente– por las experiencias. Experiencias como las relaciones recíprocas que tiene con los adultos, hecho que se conoce como “servir y devolver”. La repercusión que tienen las experiencias como estas sobre el desarrollo, dice el experto no es un camino de una sola vía, es una interacción de ida y vuelta y en ese sentido, el rol que cumple el adulto en esta primera etapa de formación, es crucial para el desarrollo tanto cognitivo como emocional. Esto sucede porque el cerebro es un órgano sumamente integrado con secciones múltiples especializadas en diferentes procesos; hay partes del cerebro que están involucradas en la función cognitiva y otras involucradas en el procesamiento de las emociones. Cada una de estas partes es fundamental, pero Shonkoff hace especial énfasis en la necesidad de no dejar de lado el aspecto emocional: “si un niño está bien emocionalmente, será socialmente competente, lo cual influye de forma positiva y productiva en el aprendizaje”, dice el experto.


Si un niño está preocupado o está lidiando con un estrés constante, afirma Shonkoff, no importa qué tan dotado intelectualmente sea, su aprendizaje se verá afectado por esta clase de interferencia emocional.

Justamente por eso, es importante no desvincular el desarrollo cognitivo del desarrollo socioemocional, en este primer periodo de vida en el cual el cerebro está estructurando todos estos circuitos. El cerebro es flexible desde su nacimiento, sin embargo, a medida que va creando su sistema de circuitos y se va refinando, va perdiendo dicha flexibilidad. Ahí cobra sentido aquella frase de Shonkoff en la cual afirma que es mejor aprovechar esta ventaja de flexibilidad cerebral antes de que sea demasiado tarde. De esta forma, no sólo estaremos evitando problemas en el aprendizaje, sino también afecciones en el sistema inmunológico, en el sistema cardiovascular, en el comportamiento y en general en cualquier tipo de problema de salud física y mental.


La intervención temprana es fundamental y tanto padres como educadores, cumplen un rol determinante en ésta. En sus manos está garantizar el sano desarrollo físico y emocional de los niños que se están preparando para aprender por el resto de sus vidas.

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