
¿QUÉ HACER EN CASO DE QUE MI HIJO ESTÉ PRESENTE EN UN DELITO?: Robó, Secuestro, Enfrentamientos con muerte o sin muerte de alguna persona o personas
Por: Departamento de Psicología CIC
Cualquier persona puede ser víctima de un delito, de ahí la importancia de brindar medidas preventivas, consejos de seguridad y herramientas emocionales de afrontamiento a los menores, pues ellos generalmente cuentan con escasa información sobre cómo actuar, qué hacer o cómo enfrentar una situación así.
Y regularmente los adultos con la intención de protegerlos suelen ocultarles éste tipo de hechos, lo cual crea confusión y vulnerabilidad.
Algunas recomendaciones para hablar con los menores sobre este tema:
Esclarece sus temores.
Cuando los niños son testigos o víctimas de un delito probablemente tienen más dudas y temores que un adulto pues se les ha enseñado que deben de respetar a los mayores y que los adultos saben lo que hacen y lo que dicen, lo cual puede confundirlos y ocasionar que piensen por ejemplo: “¿Por qué esa persona me hizo daño? ¿Por qué me quitó de esa forma algo que es mío? ¿Cualquier persona puede volver a hacerme esto? ¿Yo hice algo malo o por qué me pasó esto a mí?”. Explícale que no fue culpa suya, dile que fue un comportamiento incorrecto por parte de quien lo realizó y que aunque por precaución debe de protegerse de todas las personas, no todos le harán daño, hazle saber que es normal sentir miedo ante esos hechos y considera llevarlo a valoración psicológica si percibes cambios bruscos o alteraciones en su comportamiento.
Hablen sobre lo sucedido.
Tradicionalmente se ha pensado que una forma de evitar que los niños sufran es ocultándoles lo sucedido, pues se cree que así éstos no se darán cuenta de lo que pasó; sin embargo, esto es falso. Los niños, especialmente si vivieron directamente el delito, deben de ser escuchados y permitírseles hablar de lo que pasó, no es necesario que tú le des muchos detalles, puedes solamente mencionar que fue una situación difícil para la que nadie estaba preparado y en la que tal vez todos tuvieron miedo pero que se apoyarán para salir adelante y sentirse mejor. Sin embargo, si el evento dejó graves consecuencias como un fallecimiento, una desaparición o una hospitalización es conveniente que seas claro con el menor, evita mentirle o darle falsas esperanzas y busca orientación psicológica de forma urgente, de esta manera podrías prevenir un problema mayor. Los niños al igual que los adultos, luego de un evento crítico pueden desarrollar trastornos emocionales como el síndrome de estrés postraumático, o manifestar síntomas como ansiedad, enuresis, encopresis, terror nocturno, depresión, dificultades escolares, agresividad o retomar comportamientos infantiles como chuparse el dedo, hacer berrinches frecuentemente, etc.
Bríndale comprensión y acompañamiento.
Es probable que el niño se sienta atemorizado y desee estar mucho más cerca de ti que antes, por ejemplo, puede querer dormir contigo o que duermas en su cuarto por temor a que algo malo le vuelva suceder; evita regañarlo, ridiculizarlo o minimizar sus temores, sé comprensivo y aprovecha los momentos cuando se acerque a ti para hablar con él y ayudarle a superar el miedo, es mejor que poco a poco le ayudes a sentirse nuevamente seguro al quedarse solo en su cuarto a que lo obligues de forma autoritaria a seguir las reglas de casa.
Juega con él.
Los niños tienen diferentes formas de expresar lo que están sintiendo, para los adultos quizás sea un poco más fácil hablar, en cambio los menores puede elegir el juego para manifestar de esa forma sus sentimientos, dudas o temores. Juega con él, pon atención al tipo de historia que desarrolla en el juego, los niños que han sido víctimas de algún delito pueden repetir una y otra vez, mientras juegan, la misma escena que experimentaron, jugar a persecuciones y someter violentamente a algún juguete o muñeco o jugar a estar escondidos para ocultarse del peligro. No lo regañes si juega violentamente, pregúntale de la misma forma (jugando) ¿por qué lo hace? ¿de quién está huyendo? ¿quién le quiere hacer daño? ¿de quién se defiende? etc., y mediante el juego ayúdale a dar diferentes y efectivas soluciones al conflicto que esté representando para que no elija la agresión o el ocultamiento como una única forma de resolver el problema.
Sobre la valoración psicológica. Cuando se es víctima de un delito una de las principales dificultades es confiar nuevamente en las personas, por ello no lleves a escondidas, obligado o con mentiras al niño a recibir atención psicológica, si él ha presentado algunos síntomas o alteraciones como las mencionadas anteriormente y decides llevarlo con un psicólogo explícale las razones, di por ejemplo:
“He notado que desde que pasó lo del robo siempre estás enojado y muy agresivo con los demás, quiero que sepas que puedes confiar en mí y platicar conmigo sobre tus sentimientos, yo quiero apoyarte por eso haré una cita con un psicólogo, un especialista que ayuda a las personas a comprender y superar el temor ocasionado por situaciones como la que tú viviste, la terapia te ayudará a sentirte mejor”.
En conclusión, hablar con claridad sobre la atención psicológica y sobre el tema en general ayudará al niño a sentirse apoyado, disuadir culpas, temores o dudas y sobre todo a considerar que lo que está sintiendo tiene solución.
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