Yo llegué a la clínica porque ya no podía más con mi vida, era muy feo vivir de la manera en la que estaba, con miedos, ansiedad, ataques de pánico y mucha tristeza.
No podía dormir, cada que amanecía para mí era tener un miedo diferente, aunque no fuera verdad yo lo convertía en una realidad y lo hacía algo mío. Uno de ellos era que le tenía miedo al tiempo, ver cada minuto que pasaba me aterraba, pero el miedo que me hacía sentir peor era el ver a mi mamá, pensaba que ella era una desconocida. Todo eso que me sucedía me orillo a dejar la universidad durante un cuatrimestre, para ese tiempo estar en recuperación.
El ver que la gente me daba miedo, pero no porque creyera que me iban a hacer algo sino porque creía que no eran personas. Yo tenía mucha tristeza porque durante mi vida he tenido muchas pérdidas y yo quería morirme para no volver a sufrir una más; evadir es una de las formas más sencillas de esconder el dolor, pero aquí en la clínica me han ido enseñando que todo eso que pasa es algo natural en la vida y aunque no es fácil todo tiene una solución.
Soy una persona que siempre ha estado muy apegada a mi mamá, pero el estar todo el tiempo con ella me ha perjudicado pues en vez de vivir mi vida, vivo la de ella. Cuando llegue a la clínica creía que nunca me iba a componer, que lo mío ya no tenía solución pues yo pensaba que eso era un problema que nadie tenía y que yo era la única.
De ser una persona alegre, divertida, positiva me había vuelto lo contrario y deje de ocuparme de mí, me descuide tanto físicamente, emocionalmente y tenía la costumbre de preocuparme por la demás gente primero que por mí, poco a poco sentía que todas las ideas en mi mente me daban vuelta como un remolino puesto que tampoco sabía cómo llevar las cosas a cabo sin tener que estresarme, no es fácil pero con el tiempo me di cuenta de que como podemos estar bien, podemos estar mal, que aunque duele decirlo no todo es bonito pero hay que verlo de una manera natural, me han enseñado muchas cosas acerca de mi persona, de cómo ver la vida, antes era muy perfeccionista y siempre quería que todo estuviera ordenado, limpio y en su lugar pero me han enseñado a cómo manejar mi persona y ahora me da gusto que por mi propia cuenta empiezo a aplicar lo que me dicen en la clínica.
Me están enseñando a no depender de una persona porque no siempre estaré acompañada de alguien. Ahora estoy contenta y un poco más tranquila, mis miedos los he ido dejando atrás y han disminuido las angustias y ataques de pánico.
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